Patek Philippe

El renombre y el prestigio sin parangón de que Patek Philippe disfruta entre los buenos conocedores no se debe sólo a la perfección de los relojes y a los recursos de conocimiento y maestría artesanal atesorados en sus talleres. Esta indisputable supremacía tiene también su origen en el tesón con que la empresa lleva a la práctica su filosofía de excelencia, desde su fundación en 1839. Ese espíritu está plasmado en los diez valores que siempre han representado la esencia misma de Patek Philippe y que continuarán haciéndolo en generaciones venideras.

 

 

 

 

Independencia

 

Patek Philippe es la empresa familiar, independiente, más antigua de Ginebra. Esa autonomía le permite seguir su propio camino, regir su propio destino y  luchar por una visión a largo plazo. La empresa disfruta de total libertad creativa. Ella misma desarrolla y crea sus movimientos, siguiendo sus propios criterios de calidad y sólo produce relojes que reflejen, en todos los sentidos, su búsqueda por lo excepcional. La independencia es la esencia del espíritu Patek Philippe y es garantía de continuidad, durabilidad y confianza. 

 

 

Tradición

 

Patek Philippe se fundó en 1839 y su historia forma parte de la gran tradición relojera ginebrina. La manufactura goza de un legado único, fruto de su larga experiencia, del ingenio y la pasión que la empresa mantiene y fortalece en todas sus disciplinas y técnicas. Fiel a las nobles técnicas artesanales, sus maestros relojeros y artesanos perpetúan día tras día los bellos gestos, imperecederos, la agudeza visual y la sutileza del tacto que siempre han distinguido el arte de la relojería fina. Estas técnicas conviven en perfecta armonía con las tecnologías más recientes.

 

 

Innovación


Fiel a la tradición, en su forma más dinámica, Patek Philippe expande constantemente los límites del gran arte relojero, a través de sus logros en la vanguardia de la innovación. La manufactura ha demostrado su papel pionero registrando más de 80 patentes, entre ellas unas veinte de capital importancia en la historia de la relojería. El Sello Patek Philippe fue pensado, por tanto, para evolucionar. Y dará cabida a todos los sucesivos avances técnicos del futuro,  destinados a mejorar la funcionalidad mecánica, la fiabilidad a largo plazo y la precisión. 

 

 

Calidad y Perfección

 

Antoine Norbert de Patek y Jean-Adrien Philippe tenían un único objetivo: crear, producir y ensamblar los mejores relojes del mundo. Hoy más que nunca, la calidad y el “buen hacer” son y seguirán siendo las palabras clave de toda la producción de Patek Philippe. Ya se trate de los movimientos, de los elementos externos, de los aspectos técnicos o estéticos, de la precisión de marcha de las distintas funciones o del índice de precisión de sus relojes; Thierry Stern, Presidente de la manufactura y Philippe Stern, Presidente honorario, son los garantes personales de todos los compromisos contenidos en el Sello Patek Philippe, el sello de excelencia más exclusivo.

 

 

Distinción, singularidad

 

Hoy como ayer, Patek Philippe crea y produce sus relojes bajo el signo de la exclusividad. La manufactura mantiene más de 200 modelos en producción regular, fabricados en pequeñas series que van desde una decena de piezas hasta varios cientos de unidades, provistos de una vasta gama de movimientos íntegramente realizados por la “casa”. Ya se trate de mecanismos o de diseños, los apasionados a la alta relojería del mundo entero nunca se han equivocado: las rigurosas normas de perfección, en todas las etapas del proceso de producción y los largos meses necesarios para la creación y acabado, hacen de cada reloj Patek Philippe una pieza única y valiosa, un objeto muy codiciado por los conocedores.

 

 

Valor

 

Fruto de un savoir-faire y de un trabajo extraordinarios, un reloj Patek Philippe alcanza un alto valor y lo mantendrá e incluso lo incrementará a lo largo de los años. Es una inversión para el presente y para el futuro. Muchos modelos se convierten en objetos de culto y suelen alcanzar sumas en subastas que baten todos los récords. Su sólida reputación entre los coleccionistas y, especialmente, el gran valor sentimental de un Patek  Philippe a los ojos de su propietario hacen, de cada uno de ellos, una preciada adición al patrimonio familiar.

 

 

Estética

 

Los relojes Patek Philippe son obras de arte cuya belleza refleja su perfección mecánica. Creaciones excepcionales cuyos diseños están por encima de las modas pasajeras sin perder su atractivo y su modernidad. Patek Philippe ha sabido imponer un estilo sobrio e imperecedero que conjuga armoniosamente carácter y discreción, elegancia y distinción. El estilo ha servido de inspiración para modelos con líneas simples, sólidas y refinadas que se han impuesto como clásicos. Ahora, como siempre, los relojes van evolucionando mediante modificaciones sutiles que permiten conservar intacto su atractivo característico.

 

 

Servicio

 

Con el fin de poder ofrecer un servicio digno de su excelente reputación, Patek Philippe se apoya en una red de detallistas autorizados y rigurosamente seleccionados. La manufactura estima que es su deber y su responsabilidad garantizar un servicio postventa del más alto nivel, aspecto considerado de primordial importancia en las exigentes normas del Sello Patek Philippe. El propietario de un Patek Philippe tiene la seguridad de que en el futuro, su reloj seguirá beneficiándose de la atención y los cuidados periódicos que le permitirán conservar su fiabilidad, generación tras generación.

 

 

Emoción

 

Pídale al  propietario de un Patek Philippe que le hable de su reloj y escuchará  una historia de pasión, amor y de tierna complicidad. Un reloj Patek Philippe es mucho más que un instrumento para saber la hora: es un objeto personal, único, que evoca recuerdos inestimables. La adquisición de un Patek Philippe está asociada, generalmente, a un acontecimiento importante (éxito profesional, matrimonio, nacimiento) y regalarlo es una de las pruebas más elocuentes de amor o de afecto.

 

 

Legado

 

Adquirir un Patek Philippe es convertirse en depositario de una tradición artística y científica cuidadosamente transmitida a través del tiempo y que continuará infundiendo excepcionales creaciones relojeras. Es entrar en el universo de una manufactura familiar en la que, de padre a hijo, cada generación se compromete a la continuidad de un legado único. Adquirir un Patek Philippe es  tambiénrecibir en su círculo familiar una obra de arte  concebida para durar y acompañar a generaciones sucesivas. Es “fundar su propia tradición”, tendiendo un puente entre el pasado y el futuro.
 

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